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ORIENTALORE

Orientalore, diseño psicopedagógico para infancia, jóvenes, adultos y familias.

Un espacio para encontrarse cada uno

Su Mandala es una Flor (Orientalore), muy especial, sonriente, que conduce con ternura y acierto al niño hacia su Mundo Imaginario de una forma efectiva y afectiva que va a movilizar y dinamizar aspectos previstos e imprevistos en cada uno y cada una de ellos y ellas.

Orientalore crea una arquitectura, un Lenguaje o lenguajes diferentes, un esquema de trabajo y secuencias de aprendizaje, Arte, Ciencia, …

En definitiva, un Malabarismo Educativo donde todas las necesidades posibles entran en juego al servicio del niño, que él o ella entra, mira y viendo mucho más seguramente que todos nosotros, se queda.

Orientalore es un lugar de encuentro para familias, niños, asociaciones… que reune muchas sorpresas y que posee una arquitectura educativa

centro psicopedagógico bilbao

QUÉ ES ORIENTALORE

Orientalore es un diseño psicopedagógico de atención a la infancia y juventud que persigue la meta de reducir en su origen el fracaso escolar y colaborar en el crecimiento de niños y jóvenes, pero hoy en día las edades siguen ampliándose, llegando hasta bachillerato, universitarios y adultos. Nace desde la identidad y filosofía de ORIENTALORE que busca la mejora y la calidad ante los retos educativos y realidades sociales cambiantes. Sigue la dinámica, ritmo y proceso de ikastolas y escuelas y pretende avanzar unos pasos más.

Los procesos se llevan a cabo, como el resto de los centros de diagnóstico e intervención, los mismos servicios y tareas que pueden realizar otro tipo de centros dedicados a este campo de la Educación; pero, sin duda y como voy a ir relatando, de una manera singular y diferente a lo que hasta ahora ha venido acostumbrándonos. Es pura plasticidad. Atiende al niño o niña, a sus padres, a sus abuelos, a sus hermanos, a su tutor, orientador, director de centro. Le atiende en casa, en la ikastola, en el propio centro en sus múltiples formas. Está con él o ella en el día a día, en festivos desde un acompañamiento como él o ella necesita. Pueden que forme parte su historia de una ONG y allí Orientalore también le sale al encuentro.

ORIENTALORE le crea un espacio y se adapta a sus características. La acción de Orientalore, su modo de entender los espacios y la colaboración posibilita esa plasticidad de contextos y más que los niños vengan al centro, es Orientalore quien se muda y evoluciona para llegarles y serles significativa.

Como todo centro, esas cosas sencillas de realizar con el lenguaje actual es un buen diagnóstico, plantear una intervención, establecer una coordinación y un seguimiento. Pero diciendo esto nos quedamos en los huesos de toda la Energía que mueve.

Se sitúa esta secuencia de avance en un ambiente que recogerá la cercanía y calidez de la casa, lo que para los niños es la experiencia de su hogar. En todo el proceso la naturaleza va a envolverle desde el Mundo Imaginario de ORIENTALORE como otros muchos niños de diferentes pueblos y épocas han crecido y se han hecho adultos enraizados en esa sabiduría. Y vamos a buscar entre todos, desde lo grande y lo pequeño, desde el trazo grueso de la vida y el detalle, desde la opinión del experto y la intuición temblorosa de una madre, vamos a buscar el aprendizaje continuo y recíproco hasta hacernos, conociéndonos y aceptándonos de verdad, capaces y competentes, para la vida y sus retos.
Su Mandala es una Flor (Orientalore), muy especial, sonriente, que conduce con ternura y acierto al niño hacia su Mundo Imaginario de una forma efectiva y afectiva que va a movilizar y dinamizar aspectos previstos e imprevistos en cada uno y cada uno de ellos y ellas.

ORIENTALORE nace con esa inquietud. Con el deseo de resolver esa pregunta, desde la observación diaria de muchos niños y grupos diversos y la anotación detallada de sus características, necesidades, posibilidades, intereses, peticiones etc.

ORIENTALORE es ese Mundo Imaginario, afectivo y efectivo, lenguaje compartido, que los niños adquieren con ilusión, cariño y sentido.

 Niños y familias llegan ya de todos los rincones con historias que atender y soltar después. Lo vivido y las decisiones tomadas van configurando lo que el centro es y en lo que se va convirtiendo, su identidad, a la escucha de la vida, Vida con mayúsculas. Son una serie de convicciones que se concretarán en acciones y medios con un estilo propio de Orientalore. Es un proceso expansivo, plástico y flexible con las capacidades y posibilidades del niño.

ORIENTALORE es un diseño de orientación psicopedagógica en continua expansión y mejora, al servicio del niño de manera permanente, atenta, como es su derecho y nuestro deber para con ellos y ellas
Tras años de experiencia directa con el fracaso escolar en diferentes ciudades de Estado, con distintas familias y colectivos sociales, de edades evolutivas diversas y participando de plataformas formales y no formales de todo tipo y circunstancia, obtengo la siguiente conclusión: “Nunca llegamos tarde a la vida de nadie, pero sí estuvimos a tiempo de llegar antes. Siempre es posible un antes para la prevención de causas y situaciones y para el enriquecimiento desde el origen de experiencias vitales.

Pretende cosas muy sencillas pero vitales para que los niños avancen y no se pierdan. Lo mejor del niño/a está en sus ojos, que nunca se acabe ese brillo, por mi parte tendrán lo mejor, se lo merecen.